Imprevistamente me sentí feliz, demasiado feliz; la confusión se había ido, pero una parte de mi seguía perdida; me tranquilicé, pues luego de ello simplemente no podía dejar de reír, reía maléficamente, me daba miedo; era como si no fuera yo sino que algo o alguien se hubiese apoderado de mi cuerpo; ya no controlaba mis emociones, cambiaban cada segundo pero no las sentía completamente mías; era como si dejara mi cuerpo poco a poco y me hiciera en un rincón de él, dispuesta a salir; pero no lo permití, me quedé allí y empecé a luchar con cada una de las emociones cambiantes, volviéndolas mías, hasta que todo volvió a la normalidad, excepto que ya no estaba en el colegio sino en la entrada de una cueva en la montaña, en un montaña a las afuera de mi ciudad; - ¿Cómo había llegado allí? – Me lo preguntaba a cada instante de mi estadía ahí; por alguna razón no me quería ir de aquel lugar, me sentía cómoda, así que no me dirigí a la salida; me adentré a la cueva sin ningún miedo, estaba oscuro, pero algo me aferraba al lugar y hacia la total oscuridad, lo sentía el sitio perfecto para mí; seguí mi camino, no me importaba ya nada, todo iba perdiendo sentido poco a poco en mi vida; yo simplemente lo permitía, pues ya nada me importaba; llegué al final de la cueva, había una mesa de piedra pintada de blanco llena de escrituras en latín; pero sabía perfectamente que significaba cada palabra escrita allí aunque jamás hubiese estudiado el idioma; en la mesa se repetía el mismo párrafo por cada centímetro de esta; que decía…
“itaque quando suus sua suum flamma sese apoderen de suus sua suum corpus corporis, suus sua suum profundus silentium acompañe suus sua suum flamma silenciosamente; supervenio suus sua suum æquabilitas a mover omnino suus sua suum vivere; será el momento adecuado, decisivo; el momento final.”
[Español]
“Y cuando las llamas se apoderen de su cuerpo, la profunda oscuridad acompañe las llamas silenciosamente; llegando su igualdad a mover todo su vivir; será el momento adecuado, decisivo; el momento final.”
Aquel párrafo por toda la mesa, y por debajo de ella unas gotas de sangre ya secas; tal vez de hace muchos años pero ni agua, ni calor entraba allí para poder borrarlas, esperando a ser borradas y olvidadas en el tiempo como cada pequeña cosa en el mundo.”
Aquel párrafo por toda la mesa, y por debajo de ella unas gotas de sangre ya secas; tal vez de hace muchos años pero ni agua, ni calor entraba allí para poder borrarlas, esperando a ser borradas y olvidadas en el tiempo como cada pequeña cosa en el mundo.
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